Por tercer año consecutivo, revalidamos la colaboración entre Álava Medieval – Erdi Aroko Araba y el Festival de Humor Komedialdia, comisariando dentro de su programación la exposición “Crayón. Tras los pasos de un dibujante oculto”.
Tras recuperar en 2022 el legado como dibujante satírico de Ricardo Becerro de Bengoa al frente del periódico El Mentirón (1868-1869); y analizar en 2023 la 1ª etapa de la revista Celedón (1918-1935) −cuna de la primera representación gráfica del mítico icono festivo de las fiestas vitorianas−; en esta ocasión nos proponemos rastrear la labor de un dibujante amateur de origen alavés completamente desconocido hasta la fecha: Crayón.
La muestra, comisariada por nuestro compañero Ander Gondra Aguirre, tendrá lugar en el Museo Fournier de Naipes de Álava Bibat, y podrá visitarse del 25 de junio al 25 de noviembre.
Os dejamos el texto de introducción para ir abriendo boca, invitándoos a visitar la exposición a lo largo de los próximos meses:
La provincia de Álava no cuenta con una gran tradición vinculada al mundo de la sátira política o la caricatura, aunque existen excepciones, como lo demuestra esta exposición en la que, por vez primera, se identifica y ubica a un dibujante vitoriano desconocido hasta la fecha: Joaquín Olaguibel Urbina, alias Crayón.
Como comprobaremos, la labor de Crayón se sitúa en las primeras décadas del siglo XX, un periodo de renovación de la prensa satíricopolítica al calor de una nueva generación de humoristas y caricaturistas. Militar de profesión, practicaría la pintura y el dibujo como aficionado, algo habitual en su generación, en la que nos encontramos con figuras locales como Teodoro Dublang (1874-1940), Vicente Abreu (1879-1974) o Aurelio Vera-Fajardo (1884-1946), todos ellos militares y pintores, tras formarse en la órbita del maestro Ignacio Díaz Olano.
Rescatamos sus viñetas en la prensa madrileña de 1913 a 1917, reflejo de una sátira política de derechas en tiempos de la Primera Guerra Mundial, alineada con las corrientes más conservadoras. Pero también sus colaboraciones en la revista vitoriana Celedón en 1930 y 1932, carentes de esa dimensión ideológica, y centradas en el disfrute y exaltación de las fiestas de nuestra ciudad.