Este hecho y la nueva localización de la capilla de la Magdalena podrían resultar anecdóticos si no fuera por dos motivos importantes para la historia del convento. En primer lugar, son los únicos vestigios que quedan en pie del cenobio y, por lo tanto, su correcta ubicación permite también localizar con precisión otros espacios conventuales, algo fundamental de cara a posibles intervenciones en el terreno. Y, en segundo lugar, es especialmente importante dado que la capilla de la Magdalena jugó un papel central dentro de la famosa leyenda franciscana que atribuía al propio San Francisco de Asís la fundación del convento vitoriano en 1214, durante uno de sus viajes por la península ibérica. Para mostrar el convencimiento de que el santo de Asís había fundado el convento en lo que hoy en día es la capilla de la Magdalena existía una inscripción en la entrada del edificio que así lo aseveraba, pero también había otra que incidía en esta idea dentro de la propia capilla, probablemente colocada tras las intervenciones que María Ruiz de Vergara realizó tras su adquisición a inicios del siglo XVII. Lo que revelan los documentos es que, desde luego, había una insistencia muy significativa en divulgar y enraizar esta fundación legendaria en el lugar que ocupaba la Magdalena.
Esta leyenda, sin embargo, no nos viene desde el siglo XIII (momento de la fundación del convento), sino que se fue forjando a partir de finales del siglo XVI, coincidiendo con un momento en el que la capilla de la Magdalena estaba siendo objeto de disputa. ¿Qué intereses podrían tener los frailes en lanzar una teoría de esta naturaleza? ¿Qué había realmente de fondo? ¿Podemos considerar el espacio de esta capilla como el lugar fundacional del convento? Intentaremos dar respuesta a alguno de estos interrogantes en una próxima entrada en nuestro blog…