En septiembre de 1967 se produjo un afortunado hallazgo en la Llanada alavesa. En el pequeño pueblo de Gazeo, perteneciente al municipio de Iruraiz-Gauna, el sacerdote Juan José Lecuona re-descubrió tras el retablo barroco de la iglesia de San Martín de Tours –y tras las capa de cal que recubría el muro y las pinturas barrocas que ocupaban la cuenca absidal– el ciclo de pintura mural gótica más importante de toda la provincia. Fue necesario un intenso proceso de trabajo para proceder a la remoción del retablo y a la restauración de las pinturas, que, en buena medida, presentaban también un estado bastante satisfactorio de conservación en la bóveda del presbiterio, y en parte del “arco triunfal”.
Tras siglos oculta, Álava recuperaba una verdadera joya medieval. Un descubrimiento casi accidental que alentaría otras intervenciones semejantes en localidades cercanas, como ocurrió en Alaitza en 1982 y en Añua a partir de 1985. Han pasado 50 años y, a pesar de los esfuerzos por conservarlas y difundirlas, aún son muchos los alaveses que no las conocen.
Aprovechando esta redonda efemérides, nos proponemos publicar durante las próximas semanas un puñado de entradas en el blog de Álava Medieval – Erdi Aroko Araba, para comentar algunos detalles curiosos o interesantes sobre el ciclo iconográfico o el proceso de restauración. Una excusa para aproximarnos, una vez más, al patrimonio medieval alavés.