Ese a\u00f1o, la revista decidi\u00f3 incorporar una primera aleluya (serie de estampas acompa\u00f1adas de versos pareados) protagonizada por este aldeano que daba t\u00edtulo a la publicaci\u00f3n. El encargado de dise\u00f1arla fue Obdulio L\u00f3pez de Uralde. Este popular artista tuvo que tirar de ingenio y, hace cien a\u00f1os, nos lo present\u00f3 bajando del cielo con la boina, la blusa, el pantal\u00f3n mil rayas y las alpargatas.<\/p>\n
Como ya apunt\u00e1bamos en el cat\u00e1logo de la muestra, a\u00f1os m\u00e1s tarde L\u00f3pez de Uralde record\u00f3 lo atrevido del reto:<\/p>\n
\nTrat\u00e9 de informarme con los m\u00e1s sesudos varones que encontr\u00e9 por las \u2018tascas\u2019\u2026 y estaban tan en la higuera como yo. Hab\u00eda llegado el momento de (con todo lo que supone de riesgo y responsabilidad hist\u00f3rica) crear el tipo\u2026 Y all\u00e1 fue mi trabajo, \u00bfBien? \u00bfMal?… \u00a1All\u00e1 fue!<\/p>\n<\/blockquote>\n
A partir de entonces, se incluyeron aleluyas en\u00a0todos los n\u00fameros sucesivos. Y Celed\u00f3n vivi\u00f3 un sinf\u00edn de simp\u00e1ticas aventuras, ideadas en su mayor\u00eda por la dupla compuesta por los dibujos de Francisco Toribio Escasena y los textos de \u2018Mecachis\u2019.<\/p>\n
En esta sencilla entrada, ahora que las fiestas de nuestra ciudad est\u00e1n ya a la vuelta de la esquina, vamos a repasar buena parte de estas estampas protagonizadas por Celed\u00f3n en los a\u00f1os 20 y 30. En ellas se nos muestra la revoluci\u00f3n que supuso la irrupci\u00f3n del tel\u00e9fono, el aldeano se mueve por la ciudad en bicicleta, prueba fortuna en el boxeo o el f\u00fatbol, padece para encontrar trabajo y se sorprende ante el auge de corrientes como el laicismo, el fascismo o el comunismo. Adem\u00e1s, bajo el tono naif de estas vi\u00f1etas, hay en verdad mucha intrahistoria y es posible identificar momentos relevantes y conversiones se\u00f1aladas del urbanismo de la capital alavesa.\u00a0<\/p>\n
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[\/et_pb_text][\/et_pb_column][\/et_pb_row][et_pb_row column_structure=”1_2,1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”]<\/p>\n
\u00a1Ah\u00ed lo ten\u00e9is!<\/em> – Agosto de 1923<\/strong><\/p>\nDise\u00f1o de Obdulio L\u00f3pez de Uralde.<\/span><\/p>\nLa primera aventura de Celed\u00f3n es realmente una borrachera, y un desopilante paseo por el centro de la capital alavesa. Adem\u00e1s, la\u00a0 vi\u00f1eta inicial es en realidad la causante involuntaria de la actual bajada, el elemento m\u00e1s cat\u00e1rtico de las fiestas, con ese personaje que baja del cielo a\u00f1o tras a\u00f1o “procedente de la Gloria”.<\/p>\n
En el recorrido, reconocemos la balconada de San Miguel, la plazuela de Santo Domingo (con el caracter\u00edstico perfil del local donde hoy se encuentra el Bar Los Amigos<\/em>) o varias tascas m\u00edticas de la ciudad. En este sentido, en el n\u00ba 11 de la Revista Hornacina<\/em> (2020) se public\u00f3 un art\u00edculo estupendo de Eduardo Valle Pinedo, titulado “Celed\u00f3n llega a Vitoria… (y se va de bares)”, en el que se identifican muchos establecimientos destacados.<\/p>\nAdem\u00e1s, Celed\u00f3n tiene tambi\u00e9n un primer encontronazo con la autoridad, pero seguido del tumulto termina escurriendo el bulto. Como detalle curioso, la fisonom\u00eda escogida finalmente por L\u00f3pez de Uralde casa muy bien con los tipos y perfiles empleados por infinidad de artistas del llamado Renacimiento Cultural Vasco. Hay\u00a0 tambi\u00e9n un cierto parecido entre el personaje narigudo y el aspecto del propio Obdulio.<\/p>\n
[\/et_pb_text][\/et_pb_column][et_pb_column type=”1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_image src=”http:\/\/alavamedieval.com\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/1.-1923-Obdulio-Lopez-de-Uralde-scaled.jpg” title_text=”Revista Celed\u00f3n” _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][\/et_pb_image][\/et_pb_column][\/et_pb_row][et_pb_row column_structure=”1_2,1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”]<\/p>\n
\u00a1Vamos a ver!<\/em> – Agosto de 1924<\/strong><\/p>\nDise\u00f1o de Ladislao Romero.<\/span><\/p>\nEste a\u00f1o tom\u00f3 el testigo Lao Romero (catal\u00e1n y soldado del 2\u00ba regimiento de Artilleria, pero casado con una muchacha alavesa). Y este joven se encarg\u00f3 de realizar la portada y la aleluya correspondiente.\u00a0<\/p>\n
La formula empleada es muy semejante a la de L\u00f3pez de Uralde, una melopea narrada al minuto mientras Celed\u00f3n pasea por el casco antiguo. Pero nos topamos con algunos detalles llamativos. En primer lugar, nuestro protagonista telefonea a la ciudad antes de bajar de vuelta a la tierra. Debemos tener presente que justo en esas fechas la telefon\u00eda ir\u00eda difundi\u00e9ndose cada d\u00eda m\u00e1s. Y parece que al caminar, Celed\u00f3n encuentra la ciudad cambiada: “no es su Vitoria de antes. No ve m\u00e1s que cafetines”. Pero al llegar a la Pintorer\u00eda si identifica su ambiente, y leemos los r\u00f3tulos anunciando el vino de Rioja por toda la calle.<\/p>\n
Para terminar, cuando Celed\u00f3n ya va “apa\u00f1ado”, le vemos realizando alguna gamberrada al sentirse futbolista. En los primeros n\u00fameros de la revista, con el nacimiento del Deportivo Alav\u00e9s en 1921, la popularidad de este deporte se deja sentir en las p\u00e1ginas.<\/p>\n
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[\/et_pb_text][\/et_pb_column][et_pb_column type=”1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_image src=”http:\/\/alavamedieval.com\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/2.-1924-Ladislao-Romero-scaled.jpg” title_text=”Revista Celed\u00f3n” _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][\/et_pb_image][\/et_pb_column][\/et_pb_row][et_pb_row column_structure=”1_2,1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”]<\/p>\n
No tiene enmienda<\/em>\u00a0– Agosto de 1925<\/strong><\/p>\nDise\u00f1o de Francisco Toribio Escasena y textos de \u2018Mecachis\u2019.<\/span><\/p>\nEn 1925 vemos por vez primera el trabajo en equipo de Escasena y Mecachis<\/em> (seud\u00f3nimo de Guillermo Sancho Corrochano, el fundador y director de la revista en su primera andadura), encarg\u00e1ndose de la aleluya. Como detalle curioso, Celed\u00f3n emprende su vuelo en cuanto San Pedro le abre las puertas del Cielo, pero todav\u00eda no emplea el elemento tan caracter\u00edstico hoy d\u00eda, en estas primeras representaciones no cuenta con el apoyo del paraguas.<\/p>\nUn a\u00f1o m\u00e1s, viene sin chiguita<\/em>, confiando en que le f\u00eden e inviten dada “su fama y nombre”. Entona su canci\u00f3n al paso por el parque de La Florida y se estremece al llegar a la entrada de la Cuchiller\u00eda, junto a las escaleras que suben a la iglesia de San Vicente. \u00bfA qu\u00e9 se debe su lamento? \u00bfQu\u00e9 echa en falta? Pues justamente ese a\u00f1o se derrib\u00f3 en el acceso a la Cuchiller\u00eda la imponente casa-torre de los Guevara, \u00a1una aut\u00e9ntica l\u00e1stima!\u00a0<\/p>\nPara terminar, recorre la calle Chiquita aludiendo a los Ford<\/em> y es que los veh\u00edculos ir\u00edan proliferando progresivamente en esos tiempos. Y termina en la Dato, donde se encontraban algunos de los principales caf\u00e9s (El Suizo<\/em>, El moderno<\/em>, etc.) que todos los a\u00f1os se anunciaban en la revista Celed\u00f3n.<\/p>\n[\/et_pb_text][\/et_pb_column][et_pb_column type=”1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_image src=”http:\/\/alavamedieval.com\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/1925-scaled.jpg” title_text=”1925″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][\/et_pb_image][\/et_pb_column][\/et_pb_row][et_pb_row column_structure=”1_3,1_3,1_3″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”1_3″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”]<\/p>\n
\u00a1Pero qu\u00e9 pata tengo!<\/em> – Agosto de 1926<\/strong><\/p>\nDise\u00f1o de Francisco Toribio Escasena y textos de \u2018Mecachis\u2019.<\/span><\/p>\nPor vez primera, Celed\u00f3n se acicala el traje y emprende el viaje con el auxilio del paraguas. Pero de poco le sirve, pues acaba precipit\u00e1ndose sobre un autob\u00fas al que podemos incluso leerle la matricula (la VI-512). En su caminata, vemos un concesionario de autom\u00f3viles, pues surgir\u00edan tambi\u00e9n entonces las primeras gasolineras y talleres.<\/p>\n
Se asoma a la Plaza Nueva y vemos una escena en la que varios mozos le empapan con una manguera, un episodio que recuerda al cl\u00e1sico cortometraje mudo de El regador regado <\/i>(con dos versiones de 1895 y 1896), utilizando un recurso muy frecuente en el humor blanco de finales del XIX y principios del XX.\u00a0 Tras el desastroso periplo logra finalmente una recompensa, al ser invitado a un vino en una taberna. Como ve\u00edamos el a\u00f1o anterior, con el derribo de la casa de los Guevara, estas vi\u00f1etas son tambi\u00e9n sumamente precisas a la hora de reproducir ciertos elementos de actualidad. En este caso, en el interior de la taberna vemos colocado en la pared un cartel que podemos identificar sin problema: es el poster que Obdulio L\u00f3pez de Uralde realiz\u00f3 para el IV Congreso de Estudios Vascos<\/em>\u00a0celebrado en Vitoria en julio-agosto de 1926.<\/span><\/p>\n[\/et_pb_text][\/et_pb_column][et_pb_column type=”1_3″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_image src=”http:\/\/alavamedieval.com\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/1926-scaled.jpg” title_text=”1926″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][\/et_pb_image][\/et_pb_column][et_pb_column type=”1_3″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_image src=”http:\/\/alavamedieval.com\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/1926-2-scaled.jpg” title_text=”1926 (2)” _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][\/et_pb_image][\/et_pb_column][\/et_pb_row][et_pb_row column_structure=”1_2,1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”]<\/p>\n
\u00a1Animo, pues!<\/em> – Agosto de 1927<\/strong><\/p>\nDise\u00f1o de Francisco Toribio Escasena y textos de \u2018Mecachis\u2019.<\/span><\/p>\nPara este a\u00f1o, Celed\u00f3n va a probar suerte con el deporte, enrol\u00e1ndose en el Deportivo Alav\u00e9s. Tras pasar delante del m\u00edtico Iru\u00f1a<\/em> en la Plaza del Arca, se entrevista con Amadeo Garc\u00eda de Salazar, impulsor principal del club en esos primeros a\u00f1os. Y se encamina hacia Mendizorrotza, dejando atr\u00e1s la Parroquia de la Sagrada Familia en El Prado.<\/p>\nAll\u00ed se presenta ante Jacinto Quincoces, y en las vi\u00f1etas sucesivas vemos a m\u00e1s integrantes de la plantilla, como Antero Gonz\u00e1lez de Audicana o Roberto Echevarr\u00eda Arruti. A partir de este a\u00f1o, algunas aleluyas fueron m\u00e1s extensas, llegando a ocupar tres p\u00e1ginas. En este caso, la aventura futbol\u00edstica acaba fatal, pues Celed\u00f3n asesta un balonazo a un espectador con aspecto de bandolero, y tiene que cambiar su indumentaria y esfumarse para no ser atrapado.<\/span><\/p>\n[\/et_pb_text][\/et_pb_column][et_pb_column type=”1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_image src=”http:\/\/alavamedieval.com\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/1927-scaled.jpg” title_text=”1927″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][\/et_pb_image][\/et_pb_column][\/et_pb_row][et_pb_row column_structure=”1_2,1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”]<\/p>\n
\u00a1Vamos a verlo!<\/em> – Agosto de 1928<\/strong><\/p>\nDise\u00f1o de Francisco Toribio Escasena y textos de \u2018Mecachis\u2019.<\/span><\/p>\nTras el fallido intento futbolero, este a\u00f1o Celed\u00f3n se anima a practicar el boxeo, otro deporte sumamente presente en la Espa\u00f1a de comienzos del siglo XX. Y lo hace por todo lo alto, retando desde su rinc\u00f3n divino al gran Paulino Uzcudun (boxeador nacido en Errezil, Guip\u00fazcoa), campe\u00f3n de Europa en 1926 y 1928.<\/p>\n
Resulta original la bajada de este a\u00f1o, pues lo hace en un patinete semejante a los que ahora recorren las calles y carreteras de la ciudad. Y, contra todo pronostico, termina venciendo a Paulino, aunque desde el p\u00fablico hay quien alerta de que el combate quiz\u00e1s ha sido ama\u00f1ado para su lucimiento.<\/p>\n
[\/et_pb_text][\/et_pb_column][et_pb_column type=”1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_image src=”http:\/\/alavamedieval.com\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/1928-1-scaled.jpg” title_text=”Revista Celed\u00f3n” _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][\/et_pb_image][\/et_pb_column][\/et_pb_row][et_pb_row column_structure=”1_2,1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”]<\/p>\n
Que si timbre… Que si bocina<\/em> – Agosto de 1929<\/strong><\/p>\nDise\u00f1o de Francisco Toribio Escasena y textos de \u2018Mecachis\u2019.<\/span><\/p>\nEsta es quiz\u00e1s una de las aleluyas m\u00e1s divertidas, en la que se nos narra una trepidante incursi\u00f3n de Celed\u00f3n en bicicleta, atravesando en varios puntos las v\u00edas del tren, desafiando a los guardias y accident\u00e1ndose finalmente con un auto que le deja las ruedas completamente descacharradas. Son tres p\u00e1ginas, pero os mostramos \u00fanicamente la primera, reclamando el papel pionero de Celed\u00f3n como usuario de la bicicleta en nuestra ciudad, aunque su civismo deja un tanto que desear.<\/p>\n
[\/et_pb_text][\/et_pb_column][et_pb_column type=”1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_image src=”http:\/\/alavamedieval.com\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/3.-1929-1-Escasena-scaled.jpg” title_text=”Revista Celed\u00f3n” _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][\/et_pb_image][\/et_pb_column][\/et_pb_row][et_pb_row column_structure=”1_2,1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”]<\/p>\n
En mi elemento<\/em> – Agosto de 1930<\/strong><\/p>\nDise\u00f1o de Francisco Toribio Escasena y textos de \u2018Mecachis\u2019.<\/span><\/p>\nUn a\u00f1o m\u00e1s, la aleluya de la revista Celed\u00f3n\u00a0<\/em>nos permite identificar alguno de los cambios o debates m\u00e1s notables de la ciudad. En esta ocasi\u00f3n, el personaje se sorprende desde la gloria de la cantidad de andamiaje presente en la ciudad. \u00bfA qu\u00e9 se debe? Por desgracia, a un atentado patrimonial bien conocido en Vitoria, el derribo progresivo del convento y los cuarteles de San Francisco, acontecido principalmente ese mismo a\u00f1o. Celed\u00f3n lo entiende perfectamente, en cuanto desciende en paraca\u00eddas. De hecho, ya en el n\u00ba de 1927 se hab\u00eda despedido del edificio, al que la ruina fue afectando progresivamente.\u00a0<\/p>\nTras hablar con los constructores y contratistas, se “planta en la estaci\u00f3n”, donde por esos a\u00f1os se estaba construyendo la nueva estaci\u00f3n del ferrocarril. Logra convencer a los alba\u00f1iles y canteros de que abandonen el trabajo y, tras pasar por delante del jard\u00edn Am\u00e1rica (pues se intuye un pavo real), todos juntos festejan en la plaza de toros.\u00a0<\/p>\n
[\/et_pb_text][\/et_pb_column][et_pb_column type=”1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_image src=”http:\/\/alavamedieval.com\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/1930-scaled.jpg” title_text=”1930″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][\/et_pb_image][\/et_pb_column][\/et_pb_row][et_pb_row column_structure=”1_2,1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”]<\/p>\n
Celed\u00f3n ag\u00fcista<\/em> – Agosto de 1931<\/strong><\/p>\nDise\u00f1o de Francisco Toribio Escasena y textos de \u2018Mecachis\u2019.<\/span><\/p>\nDe nuevo Celed\u00f3n se enfrenta a la novedad. En esta ocasi\u00f3n, regresa a casa con “ganas de darse un ba\u00f1o”. En 1935 se inaugur\u00f3 la piscina de Judimendi, y durante estos a\u00f1os previos proliferaron los lugares donde combatir el calor veraniego. Desciende en avioneta, la aparca en Portal de Urbina y, completamente sudado, logra refrescarse trinc\u00e1ndose una jarra en Gamarra, a orillas del Zadorra.\u00a0<\/p>\n
Despu\u00e9s, ataviado con un curioso mallot a modo de ba\u00f1ador, se terminar\u00e1 zambullendo en el r\u00edo. Pero, como de costumbre, su presencia termina provocando una gresca y para reanimarlo tendr\u00e1n que tirar nuevamente del vino, sac\u00e1ndole a flote mediante un pote.<\/p>\n
[\/et_pb_text][\/et_pb_column][et_pb_column type=”1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_image src=”http:\/\/alavamedieval.com\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/1931-scaled.jpg” title_text=”1931″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][\/et_pb_image][\/et_pb_column][\/et_pb_row][et_pb_row column_structure=”1_2,1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”]<\/p>\n
Celed\u00f3n, parao<\/em> – Agosto de 1932<\/strong><\/p>\nDise\u00f1o de Francisco Toribio Escasena y textos de \u2018Mecachis\u2019.<\/span><\/p>\nAdem\u00e1s de las novedades y reformas en la ciudad, las aleluyas son tambi\u00e9n un buen reflejo del clima social y pol\u00edtico, y del enrarecimiento de la situaci\u00f3n durante los primeros a\u00f1os de la d\u00e9cada de los 30. En este caso, Celed\u00f3n es representado como un parado, alguien que busca un tajo y pide trabajo.\u00a0<\/p>\n
Pero al acudir al Palacio de la Diputaci\u00f3n lo tendr\u00e1 complicado, pues tras entrevistarse con Teodoro Olarte Aizpuru (Diputado general de \u00c1lava durante esos a\u00f1os y v\u00edctima de la represi\u00f3n franquista en septiembre de 1936), comprobar\u00e1 que no figura en las listas de desempleados adscritos a los sindicatos.<\/p>\n
All\u00ed, Celed\u00f3n oye hablar de la UGT o la CNT. Y conversa incluso con el monumento a Mateo Benigno de Moraza, al que terminar\u00e1 subi\u00e9ndose para zafarse de los guardias tras una nueva ri\u00f1a con el gent\u00edo.<\/p>\n
[\/et_pb_text][\/et_pb_column][et_pb_column type=”1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_image src=”http:\/\/alavamedieval.com\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/4.-1932-1-Escasena-scaled.jpg” title_text=”Revista Celed\u00f3n” _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][\/et_pb_image][\/et_pb_column][\/et_pb_row][et_pb_row column_structure=”1_2,1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”]<\/p>\n
El nuevo estilo<\/em> – Agosto de 1933<\/strong><\/p>\nDise\u00f1o de Francisco Toribio Escasena y textos de \u2018Mecachis\u2019.<\/span><\/p>\nTambi\u00e9n en 1933 la narraci\u00f3n tiene un tono pol\u00edtico diferente. “Apenas Celed\u00f3n baja se le desl\u00eda la faja, pues oye hablar de laicismo, de fascismo y comunismo”. Y el protagonista de nuestras fiestas se muestra perdido ante el mar de siglas que le presentan sus interlocutores: F.A.I., U.G.T. o C.N.T.<\/p>\n
Pronto logra eludir todo este contexto y se traslada al recinto ferial de la ciudad, dispuesto a festejar. De camino hay un detalle singular, de paseo por la ciudad se sorprende ante el letrero con forma de gato negro de un local. Su acompa\u00f1ante se lo aclara, eso que ve es “Katu Beltza. Un cabar\u00e9”. Efectivamente, a comienzos de los a\u00f1os treinta existi\u00f3 en Vitoria un espacio que parec\u00eda aludir al m\u00edtico Le Chat Noir<\/em> parisino.<\/p>\n[\/et_pb_text][\/et_pb_column][et_pb_column type=”1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_image src=”http:\/\/alavamedieval.com\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/5.-1933-1-Escasena-scaled.jpg” title_text=”Revista Celed\u00f3n” _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][\/et_pb_image][\/et_pb_column][\/et_pb_row][et_pb_row column_structure=”1_2,1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”]<\/p>\n
A\u00fan hay almas buenas<\/em> – Agosto de 1934<\/strong><\/p>\nDise\u00f1o de Francisco Toribio Escasena y textos de \u2018Mecachis\u2019.<\/span><\/p>\nLe hemos visto descender del cielo en paracaidas, en avioneta, en bici o en patinete. Pero en esta ocasi\u00f3n lo har\u00e1 de forma todav\u00eda m\u00e1s original, empleando la faja como una suerte de helicoptero. El aterrizaje ser\u00e1 en La Florida, y aprovechar\u00e1 la ocasi\u00f3n para tomarse un bok de cerveza Kn\u00f6rr y, una vez m\u00e1s, marcharse sin pagar. Ciertamente, junto al gusto por la bebida, el otro elemento diferencial de las historietas de Celed\u00f3n en los a\u00f1os veinte y treinta es sin duda su descaro a la hora de hacer un simpa.<\/p>\n
En este caso, al salir corriendo, Celed\u00f3n realiza un recorrido en el que podemos identificar muchos comercios y locales: el Casino Artista Vitoriano, la Fonda de Urbina, la m\u00edtica y refrescante Casa\u00a0de\u00a0Quico o la Casa de Nino (en el n\u00famero 4 de la calle Correr\u00eda). Al final, solicita auxilio o protecci\u00f3n a la Virgen y, a pesar de la trifulca, obtiene el perd\u00f3n del camarero del quiosco y juntos se correr\u00e1n una buena juerga por “esas calles de Dios”.<\/span><\/p>\n[\/et_pb_text][\/et_pb_column][et_pb_column type=”1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_image src=”http:\/\/alavamedieval.com\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/1934-scaled.jpg” title_text=”1934″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][\/et_pb_image][\/et_pb_column][\/et_pb_row][et_pb_row column_structure=”1_2,1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”]<\/p>\n
Celed\u00f3n en la piscina<\/em> – Agosto de 1935<\/strong><\/p>\nDise\u00f1o de Francisco Toribio Escasena y textos de \u2018Mecachis\u2019.<\/span><\/p>\nAhora s\u00ed, Celed\u00f3n ya podr\u00e1 darse un ba\u00f1o en una piscina, y no en el Zadorra (como vimos en el episodio de 1931). Para la ocasi\u00f3n decide bajar a Vitoria en autogiro y aterrizar cerca de los frontones, donde retar\u00e1 a un “mano a mano” a un colaborador habitual de la revista Celed\u00f3n<\/em>, y figura destacada del ambiente period\u00edstico alav\u00e9s: \u00c1ngel Eguileta Arambarri, conocido por su alias ‘Un aldeano’. Eguileta fue una persona muy implicada con el panorama festivo local, impulsor de la figura del Gargant\u00faa y de los nanetes y gigantones que, en su estreno del a\u00f1o 1917, ya incluyeron una figura dedicada al propio Celed\u00f3n, identific\u00e1ndolo as\u00ed como un ‘tipo alav\u00e9s’ puramente tradicional.<\/span><\/p>\nComo no pod\u00eda ser de otro modo, la incursi\u00f3n de Celed\u00f3n en las piscinas se salda con una nueva gresca, pues arroja al agua a una a\u00f1a completamente vestida.<\/span><\/p>\n[\/et_pb_text][\/et_pb_column][et_pb_column type=”1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_image src=”http:\/\/alavamedieval.com\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/1935-1-scaled.jpg” title_text=”Revista Celed\u00f3n” _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][\/et_pb_image][\/et_pb_column][\/et_pb_row][et_pb_row column_structure=”1_2,1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”1_2″ _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.26.0″ _module_preset=”default” global_colors_info=”{}”]<\/p>\n
Celed\u00f3n, reporter<\/em>\u00a0– Agosto de 1939<\/strong><\/p>\nDise\u00f1o de Francisco Toribio Escasena y textos de \u2018Mecachis\u2019.<\/span><\/p>\nCon el estallido de la Guerra Civil la revista Celed\u00f3n se detuvo y tan solo al termino del conflicto b\u00e9lico apareci\u00f3 un nuevo n\u00famero con el t\u00edtulo \u201c1936 a 1939. A\u00f1o de la victoria\u201d, en el que se justificaba este retardo \u201chasta que el chaparr\u00f3n pasara\u201d y se inclu\u00edan los tradicionales art\u00edculos, anuncios y aleluyas, aunque con evidentes muestras de censura.<\/p>\n
Al bajar a Vitoria empleando como paraca\u00eddas su paraguas salvavidas se detiene ante las obras del Matadero (en el actual Centro C\u00edvico Iparralde. El proyecto fue realizado por Miguel Mieg en 1936, pero con la Guerra no pudo inaugurarse hasta pasada casi una d\u00e9cada) y, al igual que en el episodio donde figuraba como ‘parao’, pregunta al que pasa lista por el contratista. En ese momento, la censura aplica un par de tachones que impiden apreciar el origen de una ri\u00f1a: el que pasa lista levanta dos pu\u00f1os en alto y Celed\u00f3n replica extendiendo el brazo, en un gesto que recuerda al saludo fascista.<\/p>\n
El aldeano continua su andadura, trabajando en cierto modo como reportero. Atraviesa las barracas en la calle Prado, y en los muros de las calles vemos llamadas al voto e incluso se intuye un cartel del Patronato Nacional del Turismo. En un momento dado, la censura vuelve a hacer aparici\u00f3n, pero el contraste de la imagen nos permite leer el texto ocultado: quer\u00edan eliminar la alusi\u00f3n a la calle Ferm\u00edn Gal\u00e1n, el modo en el que se llam\u00f3 a la calle de San Francisco (junto con portal del Rey) de 1931 a 1936. Este militar, ejecutado por su participaci\u00f3n en la sublevaci\u00f3n de Jaca, se convirti\u00f3 en un H\u00e9roe de la Rep\u00fablica y fueron muchas las localidades que lo acogieron en su callejero.<\/span><\/p>\nEn la \u00faltima escena tambi\u00e9n vemos un tach\u00f3n, todav\u00eda m\u00e1s significado. Celed\u00f3n se muestra sudoroso, superado quiz\u00e1s por la confusi\u00f3n reinante, e inicialmente hab\u00eda escrito en su cuadernillo: “\u00a1Dios! Qu\u00e9 sofocos. En la Tierra… todos locos!”. La censura corrigi\u00f3 el mensaje, y finalmente se public\u00f3: “Vuelve la feria a ser una cosa seria”.\u00a0<\/span><\/p>\n<\/span><\/p>\n <\/p>\n
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Y lo hac\u00edamos adem\u00e1s en un aniversario muy se\u00f1alado: en 1923 se public\u00f3 en las p\u00e1ginas de Celed\u00f3n la primera representaci\u00f3n gr\u00e1fica de uno de los m\u00e1ximos iconos de la Vitoria-Gasteiz del siglo XXI: el personaje de Celed\u00f3n.","twitter_image":"https:\/\/alavamedieval.com\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/bici-1.jpg","twitter_misc":{"Escrito por":"alavaadmin","Tiempo de lectura":"17 minutos"},"schema":{"@context":"https:\/\/schema.org","@graph":[{"@type":"WebPage","@id":"https:\/\/alavamedieval.com\/22455-2\/","url":"https:\/\/alavamedieval.com\/22455-2\/","name":"Las Aleluyas de Celed\u00f3n - \u00c1lava Medieval \/ Erdi Aroko Araba","isPartOf":{"@id":"https:\/\/alavamedieval.com\/#website"},"primaryImageOfPage":{"@id":"https:\/\/alavamedieval.com\/22455-2\/#primaryimage"},"image":{"@id":"https:\/\/alavamedieval.com\/22455-2\/#primaryimage"},"thumbnailUrl":"https:\/\/alavamedieval.com\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/bici-1.jpg","datePublished":"2024-07-26T11:00:34+00:00","dateModified":"2024-09-26T18:56:23+00:00","author":{"@id":"https:\/\/alavamedieval.com\/#\/schema\/person\/f70ad0ac51b90d25b71b72529e14666c"},"description":"El a\u00f1o pasado tuvimos el placer de comisariar la exposici\u00f3n \u201cCeled\u00f3n. apolog\u00eda de la fiesta vitoriana\u201d en el Festival de Humor Komedialdia.","breadcrumb":{"@id":"https:\/\/alavamedieval.com\/22455-2\/#breadcrumb"},"inLanguage":"es","potentialAction":[{"@type":"ReadAction","target":["https:\/\/alavamedieval.com\/22455-2\/"]}]},{"@type":"ImageObject","inLanguage":"es","@id":"https:\/\/alavamedieval.com\/22455-2\/#primaryimage","url":"https:\/\/alavamedieval.com\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/bici-1.jpg","contentUrl":"https:\/\/alavamedieval.com\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/bici-1.jpg","width":1161,"height":922},{"@type":"BreadcrumbList","@id":"https:\/\/alavamedieval.com\/22455-2\/#breadcrumb","itemListElement":[{"@type":"ListItem","position":1,"name":"Portada","item":"https:\/\/alavamedieval.com\/"},{"@type":"ListItem","position":2,"name":"Las aleluyas de celed\u00f3n: icono de la Vitoria-Gasteiz del siglo XXI"}]},{"@type":"WebSite","@id":"https:\/\/alavamedieval.com\/#website","url":"https:\/\/alavamedieval.com\/","name":"\u00c1lava Medieval \/ Erdi Aroko Araba","description":"Investigaci\u00f3n y divulgaci\u00f3n del patrimonio medieval alav\u00e9s","potentialAction":[{"@type":"SearchAction","target":{"@type":"EntryPoint","urlTemplate":"https:\/\/alavamedieval.com\/?s={search_term_string}"},"query-input":{"@type":"PropertyValueSpecification","valueRequired":true,"valueName":"search_term_string"}}],"inLanguage":"es"},{"@type":"Person","@id":"https:\/\/alavamedieval.com\/#\/schema\/person\/f70ad0ac51b90d25b71b72529e14666c","name":"alavaadmin","image":{"@type":"ImageObject","inLanguage":"es","@id":"https:\/\/alavamedieval.com\/#\/schema\/person\/image\/","url":"https:\/\/secure.gravatar.com\/avatar\/ad8424daec3923dfb98c7fbb77ff464a?s=96&d=mm&r=g","contentUrl":"https:\/\/secure.gravatar.com\/avatar\/ad8424daec3923dfb98c7fbb77ff464a?s=96&d=mm&r=g","caption":"alavaadmin"}}]}},"jetpack_featured_media_url":"https:\/\/alavamedieval.com\/wp-content\/uploads\/2024\/07\/bici-1.jpg","jetpack_sharing_enabled":true,"jetpack_shortlink":"https:\/\/wp.me\/p7ed5H-5Qb","_links":{"self":[{"href":"https:\/\/alavamedieval.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/22455"}],"collection":[{"href":"https:\/\/alavamedieval.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/alavamedieval.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/alavamedieval.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/alavamedieval.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=22455"}],"version-history":[{"count":1,"href":"https:\/\/alavamedieval.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/22455\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":22802,"href":"https:\/\/alavamedieval.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/22455\/revisions\/22802"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/alavamedieval.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/22486"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/alavamedieval.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=22455"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/alavamedieval.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=22455"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/alavamedieval.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=22455"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}